9 de junio: San Vicente de Agen

A principios del s. XVII, en la villa que Domenichino había construido para la familia Ludovisi, antiguo lugar de fiestones en el Imperio Romano llamado los jardines de Salustio, se descubrió enterrada esta escultura de mármol.

Aquello parecía importante y se determinó que se trataba de una copia romana de una griega original de bronce del s. III a.C. ¿Cómo? Pues porque el rey Átalo I, en esa época, había tenido una movida con los gálatas (sí, los de las cartas de San Pablo) y había mandado a un tal Epígono la creación de varias esculturas para conmemorar dichas guerras.

Una de ellas, esta, de la que hacía siglos que no se sabía nada. Se la conoce como el gálata moribundo, aunque para muchos simplemente es el galo moribundo, ya que la copia romana se realizó para conmemorar la victoria de Julio César sobre los celtas de la Galia, a los que claro, se les llamaba galos.

Los nombres gálatas y galos provienen de la misma raíz griega de una palabra impronunciable pero que más o menos quiere decir «los que viven ocultos».

Mirad que bigotillo gastaba este galo: claro, había que diferenciarles del resto de mortales (que solían ir afeitados) a los bárbaros, que eran más de bigotones

La de guerra que siempre han dado los galos. Dan muchísimo juego: tanto que en España tenemos los nuestros, que se asentaron en Galicia. Y en las islas lo hicieron en la zona que hoy conocemos como Gales. Y ya no hablamos de Francia a los que se les conoce, entre otros gentilicios, como galos.

Así que mejor que de San Efrén, patrón de los directores espirituales, hoy vamos a hablar de los galos.

Nuestro santo, San Vicente de Agen, es un galo como la copa de un pino. Un galo que nació en la región de Aquitania, en Francia.

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Mirad que no es un desierto ni una altiplanicie, por quién me tomáis, que es un sitio como para veranear todo agosto. Aquitania es todo así: salvapantallas de windows constante

Su vida es bastante oculta, aunque se cree que fue un diácono que se convirtió al cristianismo cuando pertenecía a una de estas tribus bárbaras a las que al Imperio le costaba meter en cintura.

Para que os hagáis una idea: Vicente había nacido en una tribu como la de Astérix y Obélix. Creía que el cielo en cualquier momento se le iba a caer encima, le encantaba empinar el codo, luchar y cazar jabalí.

Pero el Espíritu Santo debió hacer ahí una obra grande porque lo que sabemos de su vida por una tradición antiquísima es que un día, ya hecho diácono, interrumpió a las bravas una ceremonia de culto al dios Sol que celebraban varios druidas en un bosque cercano a Agen y por ello fue denunciado.

«¿Qué hacéis aquí dando vueltas alrededor de estos menhires y el fuego? ¿Supongo que será algo relacionado con Pentecostés, verdad?». Vicente era un poco ingenuo.

El gobernador, por contentar a los galos y que no se la liasen, dio la razón a los druidas y tras torturarlo le decapitó. Fue enterrado en un sitio cercano a Agen en secreto.

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Agen y su puentecillo medieval

Muchos historiadores y hagiógrafos han dicho que este tipo de cosas de enfrentarse a los cultos paganos el que las hacía era otro Vicente, San Vicente, mártir, el único e irrepetible, y han luchado para que no haya otros que le hagan sombra.

A ver, que a San Vicente, mártir, no hay quien le haga sombra, pero claro, hay mucho puntilloso que quiso quitarle del martirologio a nuestro Vicente el galo.

No se le ha quitado porque hay crónicas de San Gregorio de Tours y Fortunato de Poitiers que atestiguan que durante el s. VI y VII había peregrinaciones enormes a la tumba de nuestro Vicente, que la gente le quería mucho y le pedía cosas con fe.

Claro, los listillos ante San Gregorio de Tours y Fortunato de Poitiers no son tan chulitos.

Gregorio de Tours - Wikipedia, la enciclopedia libre
Cuidado con meterse con uno de Tours, que son muy bestias

Aquitania fue, posteriormente y sobre todo durante la Edad Media, importantísima para la cristiandad.

De Aquitania, por ejemplo, fue una de las mujeres más importantes de todo este período: Leonor de Aquitania. Hija de reyes, madre de reyes (su hijo fue Ricardo Corazón de León) y reina ella misma por partida doble puesto que primero se casó con el rey de Francia y luego, por chinchar, con el inglés.

Con 80 años todavía mandaba. Mandaba tanto que con esa edad se va a Castilla a escoger esposa para su nieto y futuro rey. Escoge a Blanca de Castilla.

Quiénes fueron los trovadores? Así eran estos poetas y músicos
«¿Qué queréis que os toque?»

Además Leonor introdujo a los trovadores en las cortes donde estuvo. Los trovadores tienen sus historias, ¿eh? No todas son mundanas. Uno de ellos, Bernart de Ventadorn, sale hasta en la Divina Comedia de Dante, y en el Paraíso, no os creáis.

Como la alondra que en el aire se cierne cantando, y después calla, contenta de la última melodía que le satisface, tal me pareció el águila, satisfecha por haber cumplido con la eterna voluntad por la que todas las cosas son lo que son: y aún cuando hiciese yo visible mis dudas, como el vidrio manifiesta por su transparencia el color de que se ha revestido su superficie, esas mismas dudas no me permitieron esperar en silencio su respuesta, sino que con su fuerza hicieron salir de mi boca estas palabras: “¿Qué cosas son esas?”…

Canto Vigésimo del Paraíso, Divina Comedia, Dante

Este canto de trovador, que proviene directamente de un canto de Bernart de Ventadorn (buscadlo, «cuando veo a la alondra…») habla de una persona que vive, que se mueve con intensidad, que busca y encuentra como gracia la felicidad. Y que se maravilla.

San Vicente de Agen era una de estas personas.

Tocar como Asurancetúrix - Frontera Digital
Si es que está todo conectado: hasta en Asterix y Obélix hay un trovador (un poco pesao, cierto), llamado Asurancetórix (en español una especie de diminutivo de «seguroatodoriesgotorix»)

Nos quedarían un montón de cosas más por contar, es lo que tiene ir a los clásicos, que nos metemos ya con Tintín o Astérix o Dante y no paramos, pero creo que es mejor dejarlas para otro día.

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