David Salaverría Hombre, será por «jorges» en Fátima.
Hoy proponemos un recorrido fotográfico por las iglesias llamadas San Jorge.
Pero no cualquier recorrido. Vamos a tirar de lugares que no conocemos, quizá de sitios de los que no hemos oído hablar.
Y es que San Jorge tiene mucho tirón porque si a lo de ser mártir le sumamos la leyenda del dragón pues es que nos queda un santo topísimo donde los haya.
Tanta buena prensa tenía que en 1970, tras el Concilio Vaticano II, la Iglesia tuvo que decir: «a ver un momento de por favor, que este hombre no puede ser que haya resucitado 6 ó 7 veces, que haya matado dragones, que haya liberado princesas y que además haya sido torturado de todos los modos habidos y por haber».
No fue al único que le pasó.
El problema es que no hay actas martiriales demasiado fiables ni nadie que le cuente en condiciones.
Pero claro, a ver cómo les dices tú a toda la iglesia de Oriente o a los cristianos ortodoxos de todo pelaje que su megasanto pues es un poco así.
Pues bien, es allí donde vamos a viajar: a los sitios donde San Jorge es lo más.
Empezamos en la tierra que lleva su nombre: Georgia. Podéis imaginar que un país que se llama como un santo y que tiene la cruz de San Jorge hasta cinco veces en su bandera pues lo de que le quiten méritos al santo como que les entró por un oído y salió por otro.
En Georgia (como yo, por otra parte) son muy fans de Giacomo della Voragine, el escritor de «La leyenda áurea», donde se cuenta el episodio conocido del combate de San Jorge con el dragón.
En las imágenes vemos lo que queda del Monasterio de Achi, dedicado a San Jorge, que por fuera parece un pajar sin importancia pero por dentro pues tiene unas pinturas del s. VIII pintadas por un tal Onésimo que bueno, molan un puñao.
![Serendipias en el camino: Sofía - Iglesia de Sveti Georgi [San Jorge] (Bulgaria)](https://3.bp.blogspot.com/-RMkI4CmYphU/W0Jawk_745I/AAAAAAAABuE/jHf4oP6wyrImSWdVEpCYvA_BWQBrShONACLcBGAs/s1600/Sveti%2BGeorgi.jpg)
En el centro de Sofía, la capital de Bulgaria, nos encontramos los restos de la iglesia de la rotonda de San Jorge.
En fin, es un edificio construido en el s. IV por los mismos romanos y no sólo es la iglesia más antigua de Sofía sino que es el edificio más viejo del lugar.
Ha sido desde templo pagano hasta mezquita: aquí se hace bueno el dicho ese que dice «si estas paredes hablaran».
Yo es ver esa bóveda semiderruida con sus moñecos de profetas y me hago del «sanjorgeteam» sin dudarlo.
Armenia es el sitio al que más quiero ir yo desde hace un tiempo. Estamos hablando del primer país que se declaró cristiano de la historia.
Antes de que Constantino en el 313 declarara la libertad religiosa en el Imperio Romano, en el 301, su rey Tiridates II estableció que ellos eran ya todos cristianos por obra del Espíritu Santo y de San Gregorio el Iluminador.
Quedaos con San Gregorio en la memoria porque vaya historión que tiene. San Juan Pablo II mandó hacer una estatua suya en El Vaticano, no os digo más.
Armenia ha sufrido por su fe. Turquía, hace un siglo tan solo, les infringió un genocidio del que muchos países han preferido ni hablar. Estamos hablando de millón y medio de muertos con el intento de acabar con esta cultura de fuertes raíces cristianas.
Cerca del Monte Ararat, el monte donde según la tradición quedó encallada el arca de Noé tras el diluvio, hay un montón de iglesias antiquísimas. En las fotos el antiguo monasterio de Mughni de San Jorge, que dice que «conserva reliquias del asesino de dragones». Habrá que ir.
En Etiopía (sí, Etiopía) ya vais a flipar. Tenemos la iglesia rupestre de San Jorge en Labilela, del s. XI. Cómo han continuado en pie estas iglesias (hay varias alrededor) es un gran misterio.
La iglesia de los cristianos coptos también tiene una gran devoción por San Jorge. Se cuenta que porque la tradición también enclava la leyenda de Teseo y el minotauro en Etiopía y que todo eso se relaciona con lo del dragón.
Por lo que sea. Este sitio debe ser una cosa emocionante de ver: esa planta en forma de cruz…
Y en fin: llegamos aquí.
En esta ciudad israelí llamada Lydda es donde se dice que nació Jorge, el militar romano martirizado por el inefable Diocleciano.
Aquí, según una antiquísima tradición, volvió su cuerpo en este sarcófago que, por supuesto, se venera en la iglesia de San Jorge.
Así que bueno, San Jorge una cosa u otra; nos podemos poner todo lo tiquismiquis que queramos, pero que ha hecho que muchos pueblos, en lugares remotísimos y en condiciones dificilísimas, crean en Jesucristo, de eso hay pocas dudas.
Al final, una cosa está clara, hiciera lo que hiciera Jorge en el s. IV fue única y exclusivamente por su fe en Cristo. Que le quiten lo bailaó.