O Santa Frida, para los amigos. Pero hay que elegir en este caso la sonoridad que hace todo siempre más llevadero.
Alfreda.
Qué bien suena.
Alfreda era hija del rey Offa de Mercia. Mercia era un reino dentro de lo que hoy es Inglaterra y que dejó de existir sobre el año 900 cuando les ganó una guerra Canuto, rey de los daneses.
Poco reino tienes que ser para que te gane la guerra un tipo que se llama Canuto o para que te absorba Dinamarca.
En cualquier caso, el rey Offa es importante porque es el primer rey al que llaman las crónicas Rex Anglorum, es decir, rey de los ingleses. También introduzco la moneda llamada penny, más conocida como penique.
Estamos mediando el S. VIII cuando nace su hija Alfreda.
Desde chiquitita su vida, según los designios de su padre, estuvo dedicada a encontrar un marido que colmara la ambición desmedida de Offa por controlar toda la isla de Gran Bretaña.
Era tal ese sentimiento de conquista que inicio tratamientos para que Alfreda se casara con un hijo de Carlomagno. Y no sólo eso: exigió también que su hijo Egfrido se casara con otra de las hijas del rey de los francos.
Pero claro, pulsitos a Carlomagno mejor que no.
A duras penas logró que Alfreda se casara con Ethelberto II de Estanglia. Así, consiguió lo que era una alianza con este reino oriental de la isla. Pero ya veréis para qué.
Alfreda y Ethelberto eran muy piadosos. No se casaron por amor pero cuando se vieron por primera vez se enamoraron. Y cuando esto sucedió el rey Offa se dijo: «ahora empieza mi verdadero plan».
Mandó un sicario a Estanglia pocos días después de la boda y se cargó a su yerno dejando viuda a su jovencísima hija para así hacerse con el reino sin demasiada complicación.
Cosas de la Alta Edad Media.
A Alfreda digamos que esto le contrarió bastante porque encontrar en pleno S. VIII un marido santo y del que estás enamorada no era fácil. Así que después de llamar so burro a su padre unas cuantas veces y de renunciar al reino se retiró a los pantanos de Crowland.
Alfreda viviría como una ermitaña en oración durante cuarenta años. Moriría en el año 834. No se sabe dónde está enterrada pero los católicos la celebran como santa virgen y eremita.
A mí la historia de Santa Alfreda y San Ethelberto me gusta por varios motivos: se trata de personas que no trazan su destino porque a su alrededor todos deciden por ellos pero que un día, que ellos tampoco eligen, toman una única decisión, que por supuesto no proviene de ellos, y no se equivocan.
Profesar la fe es algo parecido.
Esto me lleva a acordarme de una película que recomiendo mucho, y que no sé si tiene mucha rima consonante con la santa de hoy pero que sí va sobre elecciones vitales e Inglaterra. Se llama This is England (2006) y habla de un niño-santo moderno. Uno por el que siempre están escogiendo otros.
Uno que se deja hacer.