Homilía del P. Giacomo en la Víspera de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús (Parroquia Ntra. Sra. del Rosario de Fátima, Madrid. 15/06/2023).
«Celebramos hoy la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
La Palabra de hoy nos habla del Amor de Dios hacia cada uno de nosotros. La lectura del Deuteronomio afirmaba que Dios ha elegido al pueblo de Israel, no por sus méritos o por ser el más grande de los puebos, sino por puro amor, dice la Palabra: ‘por puro amor te he elegido‘.
Esta Palabra es profética para nosotros, que pensamos que tenemos que merecernos ser amados por Dios para conseguir algo del Él. En esta Palabra, el propio Dios nos dice justo lo contrario. Nos dice que simplemente nos ama, que nos ha elegido por amor, no por ningún otro motivo, y nos ha llamado para estar aquí, en Su Iglesia, escuchando y viviendo de esta Palabra.
Y así, toda la Palabra de esta celebración nos habla del Amor de Dios hacia nosotros.
La Carta de San Juan nos pone de manifiesto la naturaleza de Dios: ¡Él es Amor! Y, además, nos dice que el misterio de Su Amor se nos ha revelado gratuitamente en Jesucristo. Si hoy tú y yo podemos amar a Dios es porque Él nos ha amado primero. Invitándonos a salir de esta mentalidad moralista y meritoria.
El Señor nos da todo gratuitamente. Él es ‘Amor que se derrama’ por nosotros en Jesucristo, una persona real, que se sacrifica por ti, sin esperar tu aprobación, deseo o voluntad.
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús representa este amor de Jesús. El ‘corazón‘ en la Escritura es la sede de la inteligencia, de la razón y de los pensamientos que se convierten en acción (no de simples sentimientos o emociones pasajeras). Dios nos amó hasta el extremo, hasta partir físicamente su propio corazón, por amor a nosotros, derramando Su Sangre y Agua, de la que nacen nuestros sacramentos: Acciones de la Gracia derramadas para nosotros, para nuestra vida, de forma totalmente gratuita.
El Evangelio nos muestra cómo es el corazón de Cristo: ‘Venid a mí vosotros todos… y aprended de mí, que soy manso y humilde de Corazón‘. El Corazón de Cristo es manso y humilde, y nos ofrece hoy la posibilidad de penetrar en Él, para llevar dentro de nosotros este mismo Corazón de Cristo, que no es obra ni empeño nuestro, sino acción gratuita de Dios en nuestra vida.
Os invito hoy a descansar en el Corazón de Cristo, como decía el Evangelio, ‘y encontraréis descanso para vuestras almas‘. Aprovechemos hoy la Eucaristía para entrar en la íntimidad del Corazón de Jesús y descansar allí de nuestros esfuerzos».
P. Giacomo Alpori
Vicario parroquial
Gracias padre por tus palabras, necesito descansar en el corazón de Cristo