28 de septiembre: San Wenceslao de Bohemia

Casi, casi recién nacido al pequeño Wenceslao le mandan a criarse con su abuela, la reina Ludmila de Bohemia.

Tuvo suerte. Esta mujer fue, junto a su marido el rey Borivoy, la primera persona en la región que se bautizó como era debido. Era el año 863 de nuestro Señor.

Situémonos: Bohemia es la región, metrocuadrado arriba-abajo, que hoy llamamos República Checa.

Era un territorio al que nadie quería ir porque los llamados eslavos de la zona eran más brutos que un araó y no tenían ninguna intención de convertirse, estaban muy contentos con sus runas y sus comilonas.

Pero existieron dos valientes, después también santos, llamados Cirilo y Metodio que se adentraron a saco proclamando que Cristo había resucitado también para los adoradores de piedras mágicas.

Estatuas y torres en el Puente de Carlos | Radio Prague International
Santa Ludmila fue bautizada por San Metodio, junto a su marido, pero su bautizo no causó sensación entre el pueblo, que recelaba de la nueva religión. Aún así ella educó a su nieto Wenceslao en la fe cristiana, y eso, amigüitos, trajo sus frutos. Aquí Ludmila vigilando el Puente Carlos de Praga, el niño que aparece a su lado es Wenceslao

Los padres de Wenceslao, y en especial su madre Drahomira, eran profundamente anticristianos pero Ludmila se encargó de que no influyeran para nada en su nieto, porque el Espíritu Santo le había susurrado que algún día haría algo grande por su pueblo.

Y no se refería a ganar batallas. Vosotros ya sabéis a lo que se refería Santa Ludmila.

Cuando Wenceslao heredó el trono en el año 922 la cosa estaba muy fea con una guerra sucia por parte de Enrique I, el Pajarero, que quería invadir Bohemia.

El nuevo monarca tenía un plan así que pagó 500 talentos de plata y 129 vacas a Enrique para conseguir la paz y se propuso cambiar el país.

Ludmila y Drahomira (su madre) educando a Wenceslao, en una pintura del S. XIX. No os creáis que ahí había armonía porque Drahomira, por celos, mandó asesinar a Ludmila a unos sicarios

Exactamente 1000 años después de que Wenceslao ascendiera al trono nacía, cerca de Praga, un hombre llamado Emil.

El imperio austro-húngaro había caído y se había acabado todo lo bueno.

Primero conocerá la invasión nazi. Luego sufrirá los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Y tras todo aquello llegarán los soviéticos a quedarse en su país durante más de 50 años.

Trabaja pulverizando silicatos, aspira el polvo blanco que desprenden, por lo que siempre tendrá problemas para respirar bien.

A pesar de eso le convencen, ya con los soviéticos causando estragos, para que participe en carreras locales de medio fondo. Le gusta correr de vez en cuando, sólo es eso.

De todos modos gana. Gana el cross de su pueblo y le dan de premio una rebanada de pan con mantequilla y mermelada. Sigue ganando más carreras locales y sigue merendando lo mismo tras ganar.

Disfruta.

Los rusos le echan el ojo y le intentan convencer de que corra para ellos pero no logran convencerlo. Él tiene que trabajar. Entonces, buenos eran los soviéticos, le obligan.

Leyendas de los Juegos Olímpicos: Emil Zatopek: la locomotora humana |  Marca.com
Emil Zatopek corriendo. No es que vaya sufriendo es que siempre corría así: haciendo muecas y gesticulando mucho. Los rivales y los espectadores se reían mucho de él pero cuando acababa la carrera ya no se reían tanto

Y sucede lo que tenía que suceder: en los JJOO de Londres de 1948 Emil gana la medalla de oro en los 10.000 metros. El mundo conoce las contorsiones de este atleta checo que los soviéticos pretenden hacer bandera del comunismo.

Cuatro años después, en Helsinki, participando para la República soviética checoslovaca gana los 10.000 metros de nuevo.

Cuatro días más tarde vence en los 5.000 metros, prueba que nunca había corrido.

Y pasados otros cuatro días corre la maratón. 42 kilometrazos. Y gana también.

Nadie ha vuelto a repetir esa hazaña.

Olympic history: Helsinki 1952 | Atletizm
El de rojo es nuestro hombre: feo, fuerte y formal

Habíamos dejado a Wenceslao de soberano en Bohemia, habiendo logrado la paz, y con el objetivo de implantar el cristianismo en su reino.

No iba a ser sencillo.

Lo primero que pensó es que para ser una nación católica había que construir una catedral como Dios mandaba. Y que tenía que ser en Praga.

Así que sí, San Wenceslao será el promotor de la catedral de San Vito, que se llama así porque el monarca consigue de aquella manera un brazo incorrupto del santo mártir.

Observa que sus nobles tratan con especial dureza eslava a sus siervos, y que les fríen a impuestos y a severos castigos por lo que decide que eso se ha acabado mientras él esté al frente.

La nobleza, que vivía muy bien sin Dios y con privilegios y terruños, comienza a darse cuenta lo que es el Cristianismo de verdad. Que es una cosa muy parecida a la que cuenta el Cardenal Sarah en esta entrevista.

El cardenal Robert Sarah
«Lo importante no es el camino, sino la verdad. La verdad no surge del consenso, nos precede». Un siervo de Dios de los pies a la cabeza

Quien se pone a la cabeza de los insurgentes y cobardones (porque no le decían lo que pensaban) es un hermano de Wenceslao, criado con sus impíos padres, que ansiaba el trono como el que más.

Boleslao se llamaba. Hay veces que el nombre marca.

En el año 929, Wenceslao acepta una invitación de su hermano para ir a Stara Boleslav, a la iglesia de San Cosme y San Damián, para celebrar la fiesta de dichos santos.

Es una trampa. A pesar de ser advertido, Wenceslao quiso ir.

La mañana del 28 de septiembre se dirige a escuchar misa y se encuentra con su hermano en las escaleras del templo. Hablan un poco de todo. Y de repente, Boleslao saca un puñal y se lo clava a Wenceslao en el pecho.

Aparecen después varios esbirros más y apuñalan con saña a su propio monarca. Wenceslao muere. Pero no será en vano.

Brandýs nad Labem - Stará Boleslav - PressCentrum ASPEN.PR s.r.o.
En la iglesia de Stara Boleslav hay una escultura de Boleslao asesinando a su hermano, que se agarra a la cancela que simboliza la iglesia

Emil Zatopek, poco después de su demostración de la olimpiada, se retira del atletismo e ingresa en el ejército, donde sirve con el grado de coronel.

Se ha casado con una lanzadora de jabalina que también ganó el oro en Helsinki y vive tranquilo en Praga.

En 1968 apoyará públicamente a Alexander Dubcek en el intento de declararse una nación independiente de la URSS. Es conocido este suceso como la Primavera de Praga, que los soviéticos solventan haciendo entrar tanques en la capital y masacrando a la oposición.

Lo que nos enseñó la Primavera de Praga (y el invierno de su represión) -  The New York Times
A esta gente fue a la que masacraron en Praga los soviéticos en 1968. Al fondo la estatua de San Wenceslao, patrón de Chequia por los siglos de los siglos. Y es que esta plaza, emblema de esa rebelión contra el comunismo, se llama así: Plaza Wenceslao

Zatopek es expulsado del Partido Comunista (del que nunca había querido saber nada) y del ejército checo.

En principio, como escarmiento, le mandan a trabajar a unas minas de uranio. Luego rebajan el castigo y le ponen de barrendero.

Y eso porque era el mejor atleta de la historia hasta la fecha.

También le prohibirán entrar en Praga, a la que sólo volverá cuando caiga el Muro de Berlín para vivir sus últimos años en su ciudad, en un piso cerca de la Plaza Wenceslao. Morirá en el año 2000.

Iba a todos laos corriendo. Jean Echenoz escribirá una novela sobre él que se llama, sencillamente, Correr (2008) y que es una delicia en 140 páginas.

“Si quieres correr, corre una milla; si quieres cambiar tu vida, corre un maratón”

Dana Zátopková na Valašském Slavíně. Lidé se loučili s atletickou legendou  - iDNES.cz
Aquí está enterrado, con todos los honores

Sobre San Wenceslao, poco después de su muerte, también se escribirá una biografía.

La realizará un monje llamado Christian, discípulo predilecto de San Metodio.

Pronto se hará famosa por todo el reino y hará que Boleslao, que ya había conseguido el trono que tanto ansiaba, se de cuenta del legado de su hermano.

Trasladará los restos de Wenceslao a la cripta de la catedral de San Vito, en Praga, donde todavía están.

A su hija, Mlada, la manda a Roma, donde se hará monja e intercederá por conseguir un obispado para Bohemia. Cosa que conseguirá.

La urnita a la derecha que veis son los restos de San Wenceslao en la catedral de San Vito. ¿El resto? La magnífica capilla de San Wenceslao, enteramente decorada con su vida y obra
Puente Carlos de Praga
No me digáis si no es para visitar Praga

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