David Salaverría Fiesta de san Mateo, apóstol y evangelista, llamado antes Leví, que al ser invitado por Jesús para seguirle, dejó su oficio de publicano o recaudador de impuestos y, elegido entre los apóstoles, escribió un evangelio en que se proclama principalmente que Jesucristo es hijo de David, hijo de Abrahán, dando plenitud al Antiguo Testamento.
Elogio de San Mateo en el Martirologio Romano
Pues con estas pocas líneas ya estaría.
No se me ocurre mejor manera, ni más bella, de decir quién fue San Mateo.
El Martirologio Romano es, básicamente, la lista de santos (mártires o no) que cada cierto tiempo renueva la Iglesia. La última actualización en castellano que yo conozco es de 2007.
De cada santo o santa se escribe, en su día, un pequeño elogio de su vida. Yo los leo cada vez que humildemente escribo de alguno; y tienen todos un aroma añejo, breve y conciso.
He puesto el de San Mateo porque es de lo más bonito ever.
AQUÍ y AQUÍ podéis descargaros en PDF todo el martirologio: de enero a junio y de julio a diciembre. De nada.
¿La vida de San Mateo? Pues eso, un judío que obligado por las circunstancias, por la avaricia o, simplemente, porque sabía sumar y restar, acaba recaudando dinero para el tributo al César.
Debía ser de familia bien (en Marcos y Lucas se dice que es hijo de Alfeo, aunque conviene no confundir este Alfeo con el padre de Santiago, el menor) porque los romanos sólo se fiaban de los judíos ricos para recaudar impuestos.
Un publicano de toda la vida, vamos.
A los judíos, en general, y sobre todo a los fariseos, los publicanos les caían bastante regular.
Seamos claros: les consideraban traidores a la patria, signifique lo que signifique eso.
Publicano es Zaqueo. Y también lo es aquel hombre que Jesús pone de ejemplo de oración, en oposición al fariseo que se jacta de su pureza, ya que ora desde la última fila, avergonzado y sabiendo que requiere de una misericordia que los hombres no gastan.
Un día Leví, porque así le llaman en sus evangelios Marcos y Lucas (Mateo se llama así mismo Mateo), está cerca del lago Tiberíades, pongamos que en Cafarnaúm, haciendo lo suyo.
Y sabemos que Jesús viene de curar a un paralítico en la orilla del lago, y que arrastra una multitud de curiosos y de pseudo discípulos, y que al pasar por la ciudad, se fija en este hombre.
Es muy breve el tema: le mira y le dice «SÍGUEME».
Y no hay más que hablar: Mateo se levanta, deja el puesto y le sigue.
Esto es lo que se llama Vocación de Mateo. Pero bueno. Donde pone Mateo podéis poner vuestro nombre.
Hay que hablar de Caravaggio.
No es un pintor más. Rubens, Rembrandt o Velázquez tampoco lo son. Pero le deben mucho a este artista. Estamos hablando de un hors categorie de la Historia del Arte.
También estamos hablando de un pirata de mucho cuidado. En 1606 asesinó a un hombre a traición en una pelea de bar. Tuvo que salir por patas de Roma porque le buscaba la justicia y, aún peor, la mafia romana del S. XVII.
Se fue a Nápoles, se fue a Sicilia, y seguía metiéndose en líos de navaja. Tenía el cuerpo lleno de cicatrices y salía de las ciudades escondido por prostitutas o disfrazado de lo que fuera.
Acabó en Malta. Aunque siguió a lo suyo. Como Mateo.
Murió en 1610, proscrito en media Europa.
Le debemos algunos de los cuadros más extraordinarios de pintura religiosa. Si tenéis un rato os recomiendo que echéis un vistazo. Sus modelos eran gente de la calle, generalmente personas de mala vida, peor vistos que los publicanos.
Él mismo era lo que era. Pero quizá Dios no se fije en eso. La GRACIA es una cosa muy curiosa.
Mecagüenlamar, Caravaggio es un poco San Mateo. Lo que pasa es que algunos dejan pasar las gracias divinas…
Mateo no lo hizo. Yo supongo que resonaría en sus cabeza constantemente la contestación que da Jesús a los fariseos cuando le echan en cara que coma con publicanos y demás gentuza:
"No necesitan médico los que están fuertes sino los que están mal. Id, pues, a aprender qué significa Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores" Mateo 9,12-13
Su evangelio está dirigido a la comunidad de judíos (que aún no sabían que eran cristianos) de Jerusalén. Incide constantemente en las promesas cumplidas en Jesucristo hechas a los antiguos padres.
Fue el evangelio preferido de la iglesia primitiva y, creo, que también de la de ahora.
San Jerónimo y San Beda, entre otros ilustres, le atribuyen el texto evangélico y cualquiera se atreve a decirle algo a esos…
San Ireneo dejó dicho: «Mateo, después de haber predicado a los hebreos, publicó también en su lengua un escrito evangélico, mientras que Pedro y Pablo predicaban en Roma y fundaban la Iglesia».
No hay más preguntas, señoría.
Y bueno, para terminar, en Salerno (Italia) cuentan que tienen una urna donde están los restos mortales del apóstol y evangelista.
Está todo cogido un poco por los pelos pero a los salernitanos hay que creerlos. Al menos dedicaron su catedral a San Mateo. Y no es cualquier catedral.
Mientras Caravaggio huía de la justicia, aquí en Salerno se construía una cripta para San Mateo y todos los santos protectores de la ciudad: San Félix, San Fortunato, San Ante y San Gayo.
En el sancta santorum está la tumba de nuestro protagonista.
Flipad en colores.
