18 de noviembre: San Odón de Cluny

A un tipo como San Odón de Cluny no se llega de cualquier manera.

No salen sanodones como las setas en otoño.

Quiero decir que no hay una fórmula.

Porque lo que hará Odón no son grandes milagros. O no será testigo de visiones místicas. Tampoco debía ser un pico de oro.

No morirá mártir ni dando la vida por otros.

«Qué rollo San Odón» diréis.

Odón de Cluny, miniatura del siglo XI

Un currante es lo que era.

«...las peores miserias, las peores mezquindades, las oscuridades y los crímenes, incluso el pecado, a menudo son huecos en la armadura del hombre, huecos en la coraza, por los cuales la gracia puede penetrar en la dureza del hombre. Mientras en la coraza inorgánica de la costumbre todo se desliza, cada espada tiene la punta roma. Así, la gente de bien, los que adoran que los llamen así, no tienen huecos en la armadura, no reciben heridas...»

Y este es Charles Peguy hablando de la GRACIA. En como para ser tocado por ella sí que existe una receta.

Peguy, un joven escritor casado con una atea, que encontró la fe a los 35 años de manera misteriosa, que vivió sin sacramentos (sin casarse por la Iglesia ni poder bautizar a sus hijos), que falleció con 40 años en la espeluznante batalla de Marne (1914), en la Primera Guerra Mundial.

Este hombre suelta esto a principios del S. XX:

«…hay solo un aventurero en el mundo, y esto se ve sobre todo en el mundo moderno: el padre de familia…»

Hay que leer a Peguy. Como si no hubiera mañana

Porque hoy hablamos de un aventurero al estilo Peguy.

Un padre de familia. Veréis de cuál.

Odón nació en el seno de una familia que en cuanto le vio nacer quería encomendarlo a San Martín de Tours, que ya por entonces tenía un gran tirón.

Al final se decidió ir sin prisas con el chaval, que durante los primeros años del S. X se criaría en la corte de Guillermo, el Piadoso, que de piadoso tenía poco pero que tuvo una intuición con dos cosas.

Una fue la reforma de Cluny, que explicamos acá.

La otra fue este mismo chaval que estaba en su corte, nuestro Odón.

Abadía de Cluny + Museo: Acceso rápido | Tiqets
La reforma cluniacense lo cambia todo para los monjes benedictinos: Guillermo, el Piadoso, nombrará el primer abad de Cluny, que será San Bernón. El segundo será nuestro San Odón

A Odón le toca la Gracia del Espíritu Santo y una vez hecho monje su carrera es meteórica.

Como os he dicho; un currito.

Llevará la organización cluniacense a todos sus destinos y lo debió hacer tan bien que, eso, ya os lo he puesto antes, le nombran abad de la sede de Cluny.

En ese momento, está un poco todo en proceso de prueba y algún que otro monje seguro que murmura en plan: «qué andamos haciendo las cosas así y no asá».

Porque la regla nueva era muy estricta: mucha oración, mucho trabajo y mucha limitación.

Jope, que eran monjes, ¿qué querían, no?

HISTORIA DEL ARTE : temas, imágenes y comentario: Tímpano de San Pedro de  Moissac
Tímpano de la iglesia de San Pedro, en Moissac, S. XII. Las caras de los ancianos del Apocalipsis mirando al pantocrátor en el Juicio Final; decidme que son de una época decadente y tenemos movida

Odón a los mandos pone un ritmo exigente pero efectivo.

En el 931 conseguirá que el Papa le de inmunidad. Esto quería decir que será la Santa Sede la que se encargue de manutenciones, formación y cuartos que se necesiten en la abadía de Odón.

No será de extrañar que, pocos años después salga uno de los monjes de Cluny, Hildebrando, como papa.

Hildebrando se llamará Gregorio VII y tiene una de las mejores historias de todo el período medieval.

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Brevemente: vamos a hablar de la Querella de las Investiduras. No da tiempo a profundizar pero digamos que Gregorio VII se puso en conflicto directo con el emperador Enrique IV por la razón de que este último investía obispos a su bola. Se puso tan burro que excomulgó al emperador y este tuvo que ir al castillo de Canossa, en pleno invierno, a pedirle perdón. Será una de las pocas ocasiones de siempre en la que un emperador se vistió de sayal y estuvo bajo la tormenta invernal de Canossa, a las puertas del castillo, cuatro días de rodillas hasta que le dio la absolución Gregorio VII

Prosigamos, que es que una cosa te lleva a la otra.

Cluny llegó a hasta acuñar moneda propia de curso legal.

Odón era un hombre que sabía de todo, y lo demostraría.

Realizaría algunas de las mejores bibliotecas medievales que existirán en Europa: en Auxerre, en Baume, en Le Mans…

Reescribirá una de las obras memorables de San Gregorio Magno, las Moralia in Job, comentarios al libro de Job que son joyitas como esta:

«Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males? Es un gran consuelo en medio de la tribulación acordarnos, cuando llega la adversidad, de los dones recibidos de nuestro Creador. Si acude en seguida a nuestra mente el recuerdo reconfortante de los dones divinos, no nos dejaremos doblegar por el dolor. Por esto, dice la Escritura: En el día dichoso no te olvides de la desgracia, en el día desgraciado no te olvides de la dicha»

Le llaman de todos lados para reformar abadías que han perdido las formas y el rigor y en las que los abades quieren abrazar la moda de Cluny, que además, hombre, tiene el respaldo del papa y de Guillermo, el Piadoso, duque de Aquitania.

Fragmento de «Moralia» en la sexta parte de Job - Biblioteca Digital Mundial
Lo mejor es no decir nada ante este tipo de maravillas

Tenemos que terminar.

Ya como anécdota, aunque no es de poca importancia el tema, comentar que la nomenclatura de las notas musicales para los anglosajones (A, B, C, D, E, F, G = La, Si, Do, Re, Mi, Fa, Sol) son un invento suyo.

Con ellas compondrá una oda a San Martín de Tours, casi al final de su vida, para ya sí, como era el deseo de sus padres cuando era niño, consagrarse al gran santo.

Todo llega.

Concretamente su muerte llegaría el 18 de noviembre del año 942.

Si dejó traspasar su coraza de pecador por la Gracia ya lo dejo a vuestra elección…

ANECDOTARIO: La conversión de la esposa de Charles Peguy – Adoración y  Liberación
Ah, ya decía que me olvidaba algo; los hijos y la mujer de Charles Peguy se bautizaron tras su muerte en el Marne

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